Un Cajón Cualquiera: Carro escolar universal, Safta Evolution

Hoy abrimos el cajón del material escolar...

Este año estrenabamos etapa con el gran salto al instituto. Un montón de cambios, retos y emociones. Y uno en especial se le estaba haciendo cuesta arriba. De ahí, que llevando un mes de curso, le comprase el carro Safta Evolution para mochilas.

En primaria no tenian un libro para todas las diferentes clases, y los que usaban se guardaban en el mismo aula, trayendolos a casa en las contadas ocasiones que tenian deberes.
De repente pasó a hacer seis clases diarias, cada una con su correspondiente libro. Y ahora ya no se quedan en el aula, por lo que ha de ir llevando y trayendo.

Mi pequeño Individuo es del espiritu de la golosina. Es alto y muy delgado (siempre he bromeado que es como la plastilina, que a medida que se estira para alargarse, se va haciendo más fina).
Seis libros ya eran too much para su desgarvada constitución, pero si además le añadimos carpeta con sus correspondientes folios, botella de agua, almuerzo, flauta, calculadora, libros de lectura... Apaga y vámonos. Además tiene una hiperlaxitud muy acusada por lo que el ir y volver de clase era peor que una tortura para él.

La situación nos pilló por sorpresa y el bolsillo muy tocado tras el inicio de curso, pero di con este carrito universal para mochilas, que nos ha venido de lujo para solventar el problema que nos topamos al comenzar las clases.

No hace falta tener una mochila especial para este tipo de carros. La suya es una mochila táctica Miltec, con varios departamentos y bolsillos para mantener el orden al máximo. Hace tres o cuatro años que la tiene y está como nueva. Con un par de apaños con las cintas que trae la propia mochila, se ha adaptado a la perfección.

Este carro para mochilas escolares se diferencia del resto, entre otras cosas, por tener la bandeja regulabke y con bordes. Esto hace que que la mochila quede encajada dentro, sin que baile o se venza hacia los lados.
En la parte de atras tiene un par de ganchos para mantener recogidas las cintas sobrantes de los tirantes, en nuestro caso también hemos puesto los del cierre de cintura una vez cerrado sobre la estructura del carro. Ahí tenemos el primer punto de anclaje, que junto al del asa de arriba y al ajuste de la bandeja ya nos da buena estabilidad. Con esta mochila, el gancho superior quedaba bastabte bajo, por lo que lo apañamos con un viejo cordón de sudadera.
De esta manera ya podia usarse la mochila a la perfección, pero teniendo cintas de presión extra, le dimos un plus de agarre. Su función son la de comprimir el grosor de la mochila, pero con un uso para libros apenas usa esos cierres (dos arriba, y dos abajo). Los inferiores los dejé cerrados pero holgados, y los superiores pretendia cerrarlos por detrás como el de cintura, pero no me daban de largo por muy poquito. Así que tras darles unas vueltas al tubo de la estructura y ayudandome de otris dos ganchos que trae ahí el carro, aproveché los velcros del exceso de cinta de la mochi para daele un anclaje extra.

Los tirantes los dejé por dentro, pretendia desmontarlos y sacarlos por fuera, pero lo vi absurdo teniendo en cuenta que la idea del carro era facilitar el transporte del material escolar sin romperse, casi literalmente, la espalda. Además, tiene unas ruedas anchas que permiten suber y bajar escalones (y que no hacen nada de ruido sobre adoquines).
El asa es regulable a dos alturas y se plegan para que en la temporada de vacaciones no ocupe espacio.

Lleva ya un par de meses de uso y maltrato, ya que su hiperlaxitud le hace ser bastante patoso y la mochila acaba volando en los escalones. Tiene algunas raspaduras derivadas de ello y de no levantarla del todo a la hora de arrastrarla o empujarla (se lleva igual de bien en ambas direcciones), nada que afecte a su consistencia ni uso.

RESUMIENDO: