El otro día paseando por la tienda Tiger me topé con este mini juego cuyo nombre, junto a su packaging, me llamó mucho la atención: Speedy Fingers o Dedos Rápidos.
Son quince cartas patrón y dos cajitas, cada una con dieciséis bolas en cuatro colores: azul, verde, rosa y amarillo.
La parte de arriba es transparente para poder ver las bolitas. La de abajo tiene dieciséis agujeros con un diámetro algo inferior a las bolas para que no se salgan.
El juego consiste en ver quien tiene los dedos más rápidos colocando las bolas como la carta patrón. Para ello deberá introducirlos en los agujeros para poder ir empujándolas y hacerlas correr por el entramado de círculos que hacen de base.
Es una mecánica muy simple pero muy, muy divertida. Además de ser super entretenido y de asegurarte unos buenos piques, el juego estimula varias áreas del desarrollo de los peques que fue lo que me enamoró del juego con toda su simpleza.
Ahora bien, a pesar de ello dudé bastante si comprarlo o no, aunque tenia un precio muy tentador de tan solo cuatro euros. Y fue por su calidad o más bien su relación calidad-precio.
La primera caja que abrí para investigar de que iba el juego me sorprendió con varias bolas extremadamente deformadas. Estaban como explosionadas cual palomitas, o tipo muñeco de nieve, otras por la mitad, muchas totalmente agrietadas..., era una cosa bárbara. Como los beneficios de su uso me gustaron tanto seguí abriendo cajas en busca de una más decente. No recuerdo cuantas llegué a abrir pero el dependiente me preguntó que hacia.
- Buscando una que no tenga las bolas deformadas.
- Ah, vale.
Con lo que doy por sentado que saben de sobra la porquería que tienen a la venta.
El plástico del entramado agujereado es muy flojo y fino por lo que dudo que
Está perfecto en comparación a sus compis de balda |
Lo compré pensando ya en posibles reparaciones de su ventana, film de cocina, un separador de carpeta... Porque sinceramente, si a los orificios le auguro poca vida, los puntos de sujeción creo que se soltarán solo con mirarlos.
Pero me lo llevé, porque me pudo más el estimulo que aporta al niño, y las risas, que la pésima calidad que ofrece. Aunque dudé (mucho) sobre su adquisición. A fin de cuentas, pensé, una entrada al cine, por ejemplo, vale más y solo nos aporta un par de horas de entretenimiento. Por lo que me quedé con esa reflexión.
RESUMIENDO:
- Tamaño compacto
- Estimula motricidad fina
- Perspectiva espacial
- Coordinación ojo mano
- Estimula la atención
- Partidas rápidas
- Baja relación calidad-precio
- Poco contraste entre bola azul y verde
¿Conocéis alguno de mejor calidad? ¿Sois asiduos de las tiendas Tiger?
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